28 mayo 2006

BUCEANDO LA MENTE HUMANA















LA CONEXIÓN ENTRE LA BIOLOGÍA Y EL BUDISMO: BUCEANDO EN LA MENTE HUMANA

En su fructífera relación con el Dalai Lama, el doctor Francisco Varela decía a los científicos que en el budismo había un laboratorio con 2.500 años de antigüedad y experiencia acumulada.

NACIÓN DOMINGO
Domingo 7 de mayo de 2006
Por Patricia Verdugo

Hay muchas razones por las que el Dalai Lama, en su tercera visita a Chile, debió inaugurar una estatua de Francisco Varela en el Parque Forestal. O descorrer la tela sobre un letrero que diera su nombre a una avenida. O descubrir la placa de un nuevo laboratorio de biología en la Universidad de Chile. O, mejor aún, inaugurar un nuevo puente, ancho y firme. Porque Varela fue eso: un puente que permitió conectar la biología con el budismo y a la vez fue muchos puentes para abrir la mirada de las ciencias cognitivas de avanzada hacia nuevos territorios del saber.

Pero ya sabemos que Chile no es ejemplo de justicia ni de memoria para con sus grandes ciudadanos, sea en el campo de las artes o de las ciencias. Y al conmemorar cinco años de la muerte de Varela, la mayoría puede identificarlo como el papá de la actriz Leonor Varela más que como el gran investigador que fue.

La admiración y cariño del Dalai Lama llega al punto que tiene una fotografía del científico en su dormitorio. Así lo comprobó el equipo que realizó el documental "Vivir, soñar y morir: La travesía de Francisco Varela", con Gonzalo Argandoña como director. ¿Cómo es que un chileno pasó a ser tan importante para el líder mundial del budismo?

El hecho es que se hizo budista cuando investigaba en la Universidad de Colorado (Estados Unidos). Y estamos hablando de los años 75-80. ¿Qué pasó antes? Estudió Medicina en la UC, su campo de interés lo llevó a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, se doctoró en tiempo récord en Harvard y regresó a Chile en 1970:

"El nombre de Francisco Varela siempre estará asociado a la teoría sobre la naturaleza de la organización biológica conocida como 'autopoiesis' y a su relación con otro gigante de la biología chilena: Humberto Maturana. El pequeño 'libro rojo' 'De máquinas y de seres vivos', que ambos publicaron en los turbulentos años 1972-73, gatilló un cambio conceptual profundo que demorará décadas antes que alcance su clímax", asegura el doctor Juan Carlos Letelier, de la Universidad de Chile.

Y agrega: "Una simple inspección en Internet da cuenta de cómo la noción de 'autopoiesis' (que afirma que lo realmente importante de los seres vivos es la organización circular de su metabolismo) es como una onda expansiva que gana más adeptos y más campos de aplicación. Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que la 'autopoiesis' es la idea científica originada en Chile que ha tenido la mayor repercusión fuera de sus fronteras. Y Francisco Varela usó este trabajo como trampolín para una multitud de otros problemas en biología".

Eludiendo una orden de arresto que lo llevaba al campo de concentración del Estadio Nacional, Varela partió a Costa Rica en octubre de 1973, para luego seguir a Estados Unidos. Y sólo regresó a Chile durante el período 80-84, formando numerosos discípulos, hasta partir a Europa. Primero Alemania, con la prestigiosa beca Von Humboldt, para trabajar en el Instituto Max Planck para la Investigación Cerebral. Y luego París, donde fue director de investigaciones del célebre Centre National de la Recherche Scientifique hasta su muerte en mayo de 2001.

LA OTRA MIRADA

Ya tenemos delineada la figura de Varela. Vayamos ahora al Dalai Lama, máximo guía espiritual del budismo tibetano, Nobel de la Paz y líder político del Tíbet en el exilio desde que China reprimió sangrientamente la revuelta popular de 1959.

Los occidentales le dicen "Su Santidad", igualando el trato que se da al Papa católico. Pero lo cierto es que el budismo –con más de 500 millones de adherentes en el mundo– no tiene un dios ni santos ni profetas. Sigue las enseñanzas de Buda (significa "el completamente despierto"). Y Buda no es Dios. Fue una persona que "a través del adiestramiento, del trabajo y la disciplina alcanzó la iluminación", como explica el propio Dalai Lama.

De no haber sido el niño seleccionado como reencarnación del anterior Dalai Lama y de no haber pasado toda su niñez y adolescencia en monasterios, preparándose para ejercer su liderazgo espiritual, habría sido ingeniero. O de haber conocido antes a Varela, hubiera sido biólogo…

Pero a Tenzin Gyatso le correspondió ser el decimocuarto Dalai Lama (significa "océano de sabiduría"), cargo para el que fue preparado desde los dos años. Y eso lo transforma para el budismo tibetano en el máximo exponente de la compasión de Buda en este mundo.

¿Cómo es que se encontraron el líder tibetano y el científico chileno? Porque tenían en común algo mucho más importante que las altas montañas, esas que el Dalai Lama evocó con nostalgia cuando miró hacia los Andes al llegar a Santiago la pasada semana.

"Francisco quería entender el lugar de la mente en la naturaleza. Quería entender ese ciclo en que la mente define un mundo y a la vez es definida por ese mundo. Ese ciclo de cogeneratividad entre la mente y el mundo fue uno de los ejes de pensamiento que motivaron la vida de Varela. Hablamos de una relación paradojal: es una mente que se define a sí misma, pero para hacerlo se tiene que distinguir de un mundo del que depende todo el tiempo. Uno de los artistas que más fascinaban a Francisco era Escher, ya que apuntó a esta paradoja con sus obras. Observaba la obra 'Dibujando la mano', y allí vemos esa circularidad continua que es propia del fenómeno humano", recuerda su discípulo francés Antoine Lutz.

NEUROCIENCIA

Tras asistir a muchas de las conferencias del Dalai Lama en Europa y tener breves conversaciones, Varela pudo verlo en París en 1986. Ya sabía que el budismo podía iluminar el conocimiento científico acerca de qué es y cómo se comporta la mente humana. Decía a sus discípulos que allí había un gran laboratorio con 2.500 años de antigüedad y experiencia acumulada.

Hablaron durante una hora acerca de la neurociencia. Y al irse, el líder tibetano le dijo: "Deberíamos seguir discutiendo, pero no tengo mucho tiempo cuando estoy de viaje por Occidente. Si usted pudiera venir una semana a Dharamsala, yo me las arreglaría para hacerme ese tiempo. Y venga con las personas que quiera".

Así fue como Varela organizó el viaje y en octubre de 1987 el pequeño grupo de científicos viajó al norte de la India, a la residencia del máximo Lama en el exilio. Trabajaron seis días, durante las mañanas y las tardes. Y el resultado fue ese primer texto –"Un puente para dos miradas"– que Varela editó junto Jeremy Hayward, doctor en Física de Cambridge e investigador del MIT.

Casi 20 años de conexión entre el budismo y las ciencias cognitivas –gracias a la primera iniciativa de Varela– se traducen no sólo en 15 reuniones organizadas por el Mind and Life Institute, o en incontables experimentos que, en muchos laboratorios del Primer Mundo, estudian las imágenes cerebrales de los lamas mientras meditan. Hay aquí un camino que se hace al andar –como dice el poeta–, teniendo como objetivo común aminorar el sufrimiento humano. En otras palabras, trabajar en pos de la felicidad. Y todo indica que sí podemos entrenar nuestras mentes, "sacarle el jugo" a la capacidad del cerebro para cambiar, y con ello cambiar el mundo. ¡Todo sea porque en el futuro los seres humanos sean más sanos y felices!
LND

17 mayo 2006

LA GUERRILLA CARCELARIA


Por Frei Betto

De cuatro años que pasé en la cárcel, la dictadura me obligó a vivir dos entre prisioneros comunes. Treinta y cinco años después, el sistema carcelario no sólo continúa igual sino que empeoró. La cuestión no es prioridad del gobierno, y el extorsivo pago de los intereses de la deuda pública mengua los recursos de que dispone la Unión. Se invierte sólo en la construcción de nuevos presidios.

La guerrilla carcelaria, desencadenada el fin de semana del 13 y 14 de mayo, visibiliza la precariedad del sistema carcelario brasileño. Si rejas y muros aseguran físicamente a los presos, los avances electrónicos y la negligencia de las autoridades permiten que, de dentro hacia afuera, comanden acciones criminales. Celulares ingresan en la barriga de la corrupción favorecida por los bajos sueldos que reciben policías y carceleros descalificados. Otros se hacen de la vista gorda ante las amenazas a sus familiares, blancos de los cómplices de los detenidos. Las facciones criminales, otrora recluidas al interior de las cárceles, hoy poseen ramificaciones en la calle y son comandadas para lo que antes parecía inverosímil: ¡el crimen organizado ataca la policía!

São Paulo vivió su fin de semana de Irak, con la policía cercada por tácticas de guerrilla: ataques sorpresivos, escaramuzas, etc. Y las reacciones de las autoridades no escapan de los viejos esquemas: imitar a Estados Unidos en la construcción de presidios (presuntamente) infranqueables; legalizar la pena de muerte; aumentar el pie de fuerza policiaco- militar. Nada que enfoque las causas de la criminalidad y la ineficiencia de nuestro sistema carcelario.Entre Río y São Paulo hay cerca de 2,3 millones de jóvenes, entre 14 y 24 años, que no terminaron la educación básica. En ese contingente se encuentran el 80% de los asesinos y de los asesinados.

En síntesis, no se reducirá la criminalidad sin educación de calidad, sin combate al desempleo y sin que los niños concurran a la escuela 8 horas diarias. La violencia no deviene de la miseria, y sí de la falta de educación. Y de una cultura belicista, como la de Estados Unidos, el país más violento del mundo, a pesar de ser el más rico. Sus cárceles encierran a más de 2 millones de personas.Nuestro régimen penitenciario no difiere mucho del adoptado en la época de la esclavitud. Se amontonan presos en mazmorras exiguas; se mezclan autores de delitos distintos; se condena a todos a la más explosiva ociosidad. No hay cursos para alcanzar una profesión, ni reducción de penas de acuerdo con el progreso escolar. Ni tampoco hay actividades culturales, como teatro, pintura y música, o equipamientos y espacios adecuados para la práctica deportiva.

Como queso suizo, nuestras cárceles están repletas de agujeros por donde entran dinero y armas, celulares y drogas. El detenido es guardado, no reeducado; castigado, no recuperado. Y el alto precio de la penitencia -de donde viene penitenciaría- jamás es la absolución, y sí la exclusión social. El preso cumple la pena sin que el sistema lo prepare para la reinserción social, y sin que la sociedad se disponga para acogerlo. De ahí el alto índice de reincidencia.La causa mayor de la criminalidad es la desigualdad social, que está reduciéndose en Brasil desde el 2001.

La violencia intrínseca a las estructuras sociales, como la agraria, sustancialmente arcaica, provoca en los excluidos la reacción de revuelta. Se busca a hierro y fuego el “lugar al sol” tan enfatizado, indiscriminadamente, por la propaganda televisiva. Ella socializa el derecho de todos a la felicidad adinerada, ligada a los bienes de consumo. No hay por qué esperar de un joven empobrecido una actitud abnegada frente a su carencia y sufrimiento. La droga es el recurso más a mano para evadirse de esa realidad, sea por el “encantamiento” que proporciona, sea por el dinero fácil que atrae. ¿Y por qué obedecer las leyes si políticos corruptos y delincuentes de cuello blanco permanecen en libertad? ¿Si la muerte es cierta y la vida carece de sentido, por qué temer la ley del talión? Lo grave es cuando la sociedad y la policía deciden adoptarla, como si la eliminación de bandoleros significase la erradicación del crimen.

Hay que liberar los recursos públicos aprisionados por el excesivo ajuste fiscal y multiplicar la inversión en educación y en la reforma carcelaria. Caso contrario, en breve, la propia policía estará impregnada de este pavor que ataca a la población de nuestras grandes ciudades: el miedo de salir a las calles.

Frei Betto, escritor, es fraile dominico y asesor de movimientos sociales, autor de “Gosto de Uva” (Garamond), entre otros libros.

09 mayo 2006

EL SECRETO DE LOS PREDESTINADOS


Por Ricardo Kelmer
(Publicado en O Povo, CE, el 09/08/1999)

Después de ver la película Matrix cuatro entusiasmadas veces y de leer ciertas críticas (que el filme no tiene historia o que ella es confusa en exceso, que vale apenas por los efectos especiales, que es sólo un collage de citas...) decidí meter la nariz donde no fui llamado. Y contar el secreto. Matrix es grandiosa. Su historia es densa e intrincada, sí, pero para quien anda familiarizado con ciertas cuestiones actuales, Matrix es claro. Se trata de una óptima historia en ritmo de gran cine y expone una nueva e intrigante frontera que ya no podremos evitar más: la cuestión de qué es de hecho la Realidad. Con el advenimiento de la Realidad Virtual, sobrepasamos el punto de retorno y ahora tendremos que encarar más ese desafío sobre las posibilidades de la Psique.

Matrix es tan fuerte en su contenido tan rico que se puede abordar bajo diversos ángulos. Elegí el ángulo de la mitología. Los mitos son como esqueletos de l a Psique, imprescindibles para su comprensión. En Matrix, se reedita un viejo tema que se repite desde nuestros más remotos y peludos antepasados: la travesía del héroe. Se trata de una metáfora del proceso del crecimiento psicológico y la auto-realización del ser humano. El héroe, en los mitos, somos cada uno de nosotros, representados en un personaje que generalmente precisa abandonar su tierra (la seguridad de viejas certezas) y partir en busca de algo precioso (verdades más útiles y abarcadoras) o enfrentar enemigos terribles (encarar los propios miedos y bloqueos). Travesía difícil, y peligrosa, que requiere coraje, obstinación y honestidad. Pero el héroe vence el desafío y retorna a su tierra, llevando buenas obras a su pueblo y muchas veces substituyendo a un viejo rey enfermo o injusto (renovación).

Neo, el héroe de Matrix, se aventura en una realidad que parece un sueño, partiendo en busca de un misterio que puede enloquecerlo y hasta matarlo. El se niega a creer que pueda ser el Predestinado de quien habla la profecía y que cambiará el mundo y despertará a las personas. Esa duda hace que el Oráculo consultado no lo esclarezca. Los oráculos son meros instrumentos de auto-investigación psicológica donde podemos obtener respuestas sobre nosotros mismos a través de concentración y la meditación. Hasta que ni tan esotéricamente así. En rigor nadie precisaría un oráculo para saber sobre sí. Entretanto, el ritmo de la vida actual nos apartó de nuestro mundo interior y son exactamente el simbolismo y la ritualidad de los oráculos los que propician esa interiorización. En verdad quien responde a la cuestión lanzada somos nosotros mismos, o mejor, una parte de nosotros que es más sabia y que no acostumbramos a escuchar en el día-a-día. Si la respuesta es oscura, es porque la pregunta también lo fue. La pregunta cierta ya contiene en sí la respuesta. Neo consulta al Oráculo. Pero la idea de ser el Predestinado lo incomoda y obtiene la respuesta que desea oír. Por lo tanto, presta atención: el Oráculo no dice en momento alguno que él no es el Predestinado. Dice apenas que él no está preparado. Preparado para entender que de hecho lo es é. En cuanto a eso, nadie puede hacer nada, ni los oráculos ni los dioses ni nadie.

AUTOCONCIENTIZACION

La travesía personal de auto-realización nos pone en una situación donde no confiamos en nuestro potencial. Sólo somos capaces de mucha cosas cuando tenemos perfecta conciencia de quién somos y de lo que podemos hacer. Por lo tanto, llegar a esa autoconcientización es difícil. Conocer verdaderamente quién somos es una lucha armada trabada en los campos de la conciencia y del inconsciente, guerra de toda una vida donde cada auto-revelación representa una importante batalla vencida. El verdadero autoconocerse duele hasta doler porque implica necesariamente enfrentar lo que se teme, volverse lo que se evita ser, entrar en el fuego de los peores miedos. La recompensa es el mundo nuevo que la realización más íntima nos trae. En el mundo de Matrix las personas están adormecidas y sin sentido crítico. Creen en lo les es dado para creer. Nada muy diferente de nuestro mundo actual, donde la masificación de las ideas hace que las personas pierdan la noción de sí mismas, donde nos quieren convencer de que en una sociedad deshonesta y violenta tenemos que ser más violentos y deshonestos que los otros. Es difícil huir de ese círculo vicioso.

En Matrix, Neo sufre como loco para aprender que todo lo que precisa es... cambiar la visión que tiene sí mismo, apenas eso. No tienes que pensar que eres, debes saber que eres. La profecía dice que el Predestinado cambiará el mundo y salvará a la humanidad. Neo no puede creer que sea capaz de todo eso. Pero el secreto para la victoria del héroe esconde la más simple y la mayor de todas las ironías: para cambiar al mundo, basta cambiarse a sí mismo. Transfórmate y todo alrededor se transformará - ¡es el secreto! Porque la aparente separación de las cosas esconde la unicidad de todo lo que existe. Tal vez sea imposible doblar una cuchara con el pensamiento. Pero si sabes que la cuchara y tú son la misma cosa, entonces basta doblarse a sí mismo. El mito de la travesía del héroe nos enseña que el destino de cada uno de nosotros es realizar lo que verdaderamente somos pero que todavía no aceptamos.

La aventura de Neo es la aventura de todos nosotros en busca de nuestra esencia más legítima, aquella que al fin nos liberará. Hasta alcanzarla, la vida nos pondrá a prueba de muchas maneras y tendremos que convivir con dolorosas incertidumbres y auto-engaños. Entretanto, yendo de lo micro hacia lo macro, la aventura de Neo es la aventura de la humanidad entera, en busca de su supervivencia como especie. En un tiempo de tecnología idolatrada y valores esenciales olvidados, corremos el riesgo de ver nuestra propia creación volverse contra nosotros.

Ante tal posibilidad, la única salida parece ser, todavía, seguir lo que decía, justo en su entrada, el Oráculo de Delfos en la Grecia Antigua: conócete a ti mismo. La tecnología no tiene sentimiento. Nosotros lo tenemos. Una máquina no es capaz de amar. Nosotros somos. Esa diferencia obvia puede pesar bastante en el guión de nuestra película.

Cierto nazareno revolucionario, dos mil años atrás, ya decía que somos todos dioses. Pues voy en el mismo camino: igual que Neo, somos todos héroes. Héroes de nuestras propias vidas. Como Neo, estamos predestinados a realizarnos a nosotros mismos. Hecho un Salvador, cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar o mundo. Pero antes es preciso cambiar la forma como nos entendemos a nosotros mismos. Es el secreto que se esconde detrás de la película Matrix y también de toda la vida. El secreto que de tan obvio no se ve y que aguarda pacientemente a todos los predestinados.