27 noviembre 2006

DOS POEMAS DE VIVIANE NATHAN

En una epoca de engaño universal,
decir la verdad es un acto revolucionario.
George Orwell



Estamos solos los poetas


Te cuento que estamos solos,

poeta,

para que revientes la ternura,

para que rasgues la angustia que te envuelve

- que te amarra -

y despiertes de una vez

y sepas

que nos hacen falta más metros de garganta

para poder cantar

- gritar -

como los desahuciados,

vida,

amor,

muerte,

tiempo,

hijos,

patria,

libertad,

soledad eterna para los vivos,

y canciones dulces para los muertos.

Estamos solos, poeta...

El hombre no quiere saber,

no quiere conocer a sus demonios.

no importa donde esta el engaño, dice...

y se bebe a sorbos las mentiras...

Te cuento, poeta guerrillero, que estamos solos

y que la paz es una orilla muy lejana,

es un lugar inaccesible donde estallan los sueños verdaderos.


viviane nathan, poema del libro "tiempo justo", 1990


HIMNO AL DESACATO

Pienso violar todas las leyes
las órdenes, los ritos, los sistemas
Voy a treparme a un árbol
y a patear cientos de piedras,
y caminando boca abajo
quizá le vea el trasero
a este mundo embalsado
donde todo lo que brilla apesta...
Quiero robarme un manojo de estrellas,
pintar la luna de verde
y al sol ponerle una careta
Así cuando me tomen de la mano
y me lleven a una celda
cantaré un himno al desacato,
me pondré las rejas en los ojos y entonces
quedarán encerrados los de afuera...


24 noviembre 2006

CIMIENTOS PARA UNA SOCIEDAD DIFERENTE



Por Qué Los Próximos Diez Años Serán Muy Diferentes A Los Últimos Diez
por Sarah van Gelder


Adivina cuál es la ciudad cuyo alcalde ha prometido hacer de su ciudad la más verde de Estados Unidos


¿Estás pensando en Seattle? ¿Portland? ¿Tal vez Boulder u otra ciudad conocida por su ética ambiental?

Prueba con una ciudad atrapada por las autopistas: Los Angeles. El alcalde Antonio Villaraigosa ha prometido plantar un millón de árboles durante su gestión. Mientras los votantes elegían al primer alcalde latino de L.A., estaban aprobando también, por un margen de tres votos contra uno, un proyecto de ley de $500 millones para crear hábitats y humedales, y para capturar el agua de la lluvia para su uso en el riego y la recarga de acuíferos.

Las ideas provenientes del sector ambiental se han vuelto centrales para el futuro de Los Angeles.

Tal vez esto no debería ser una sorpresa. Los Angeles se ha estado chocando con sus límites ambientales a medida que la contaminación del aire, el agua y el suelo compromete la salud de las personas, y se abusa de los recursos energéticos.

Pero a medida que la salud ambiental de la ciudad declinaba, la gente de diversas comunidades de Los Angeles comenzó a actuar. Plantaron árboles para refrescar las veredas y construcciones — y ayudar además a enfriar al planeta, se organizaron para mantener a la basura tóxica fuera de sus vecindarios, ayudaron a salvar las vías fluviales drenadas por la infame sed de L.A., e introdujeron la jardinería orgánica y a los vegetales frescos en sus comunidades desabastecidas.

Este tipo de historias solían encontrarse únicamente en los márgenes de la sociedad. Pero los ecologistas nos dicen que los márgenes son las partes más productivas de los ecosistemas, y que las innovaciones provenientes de las orillas de la sociedad hoy están sembrando el futuro que puede sustentarnos a todos.

A medida que se profundiza la crisis de hoy, estas innovaciones se vuelven cada vez más importantes. Nuestra dirección actual no es sustentable. La crisis ambiental, la creciente brecha entre ricos y pobres, los riesgos de una guerra total — todas estas crisis han estado cobrando ímpetu. En particular:

• Las temperaturas en alza, las capas de hielo que se derriten, los glaciares en retroceso, y las tormentas y ciclos de sequía en aumento, indican que el clima está cambiando en verdad, trayendo resultados que podrían socavar la vida tal como la conocemos.

• La propagación de infecciones resistentes a antibióticos, la gripe aviaria, la tuberculosis, el SIDA/HIV, y la malaria, sucede cuando la pobreza y el desplazamiento se combinan con inversiones inadecuadas o desencaminadas en el área de salud pública.

• Los precios del petróleo en alza y los desabastecimientos regionales sugieren que la extracción de combustibles fósiles podría no mantenerse a la par con el ritmo con el que se incrementa el uso de energía (especialmente con la mayor demanda de China e India), y que la extracción de petróleo podría estar en su pico.

• La economía corporativa globalizada está tratando cada vez más a los trabajadores del Primer Mundo — obreros, mujeres y oficinistas por igual — como han sido tratados los trabajadores del Tercer Mundo por sus empleadores corporativos durante años. La depresión resultante en salarios y beneficios está acelerando la división entre las personas más ricas y aquellas que dependen de su salario para la subsistencia.

• El mundo se ha vuelto un lugar más peligroso como resultado de la invasión de Estados Unidos en Irak y la política exterior unilateral de Washington. La proliferación nuclear también es cada vez más un peligro.

Algunos permanecen hipnotizados a medida que estos golpes llegan uno detrás de otro, y mientras se erosionan los canales democráticos que deberían proveernos los medios para deliberar y decidir juntos un curso de acción.

Pero también algo más está sucediendo. Invisible al radar, ignorado por los medios corporativos, la gente está creando los cimientos para una sociedad diferente. Muchos están trabajando desde los márgenes — esas fértiles y crecientes orillas de la cultura. Algunos de ellos han estado excluidos del sistema y por lo tanto están más libres de sus seducciones, otros están en el interior pero han elegido un camino diferente. En cada sector, están desarrollando formas de satisfacer las necesidades humanas de sustento, seguridad, significado y comunidad — formas que puedan ser sostenidas por la abundancia que la Tierra ofrece y que también protejan esta abundancia para todos nuestros hijos y nietos. Estos nuevos métodos ofrecen un camino hacia un futuro sustentable, uno que podemos elegir tomar o no.

A medida que se acelera la crisis que ha estado construyéndose durante décadas, podemos esperar mayor confusión y búsqueda de dirección. Un cambio de esta magnitud puede ser aterrador, y puede provocar un retroceso mientras la gente anhela la comodidad de un pasado familiar.

Si existe un camino claro hacia delante, sin embargo, nuestras perspectivas mejoran mucho. La claridad acerca de las causas sistémicas de nuestra crisis y las bases sistémicas presentes en las nuevas estrategias, pueden ayudarnos a evitar la culpa y a trabajar unidos más allá de las líneas entre negros y blancos, azules y rojos, religión, cultura, y género, para crear soluciones reales.

Podemos elegir considerar nuestro momento de la historia no sólo como un momento de crisis sino también como uno de oportunidad — un tiempo en el cual juntos podemos ser fundadores de una nueva era. En el tiempo que se aproxima, nuestra elección será cada vez más estricta y extrema; por esto es que los próximos diez años no se parecerán en nada a los últimos diez.

Algunos, intuyendo la amplitud del cambio, lo perciben como un signo bíblico del Final de los Tiempos; la novela en serie de Left Behind (Rezagados) contando el fin de la civilización humana ha vendido millones de copias basadas en esta interpretación.

Pero tal vez éste, más que un tiempo de muerte, sea un tiempo de renacimiento. Quizá estamos abandonando los caminos que constreñían nuestro futuro, como una serpiente que se despoja de su piel, para hallar la amplitud necesaria para crecer en formas nuevas. Tal vez lo que se percibe como desintegración sea el tiempo intermedio entre una era que está finalizando y otra, como dice Vaclav Havel, que lucha por nacer.

En una época de rápido cambio, cuando los lazos que nos han unido a prácticas e instituciones establecidas comienzan a deshilacharse, existen más opciones y también más peligros. Las diez tendencias destacadas en esta edición, décimo aniversario del inicio de YES!, muestran las posibilidades que se revelan mientras nos movemos hacia un futuro que sustente a la vida.

18 noviembre 2006

ENTREVISTA: LUDOVICA SQUIRRU

Ludovica Squirru promueve la espiritualización de la vida argentina a partir de una fecha astrológicamente favorable.


Desde el 4 de diciembre de 2003, una visión original promovida desde las sierras de Córdoba por la astróloga Ludovica Squirru y centrada en la propuesta de refundar espiritualmente a la Argentina, impulsa la aventura de reimaginar nuestro país, transitando el desafío de concretar habilidades creativas e integrar a una nueva generación para el liderazgo. Su punto de partida sostiene que los argentinos cambien la queja perpetua, los enfrentamientos institucionalizados y los lamentos crónicos por el ejercicio de un poder generativo y práctico de lo colectivamente heredado y de lo propio singular. Entre el cultivo de su huerta y la redacción de su popular horóscopo chino, el pasado 4 de diciembre Ludovica reunió a 200 personas en Córdoba para conmemorar la iniciativa. Allí registramos el siguiente diálogo, que desembocó en Ixchel, deidad maya creadora, con influencia sobre las mareas, las lluvias copiosas y la menstruación. Y que, por lo tanto, era patrona de la fecundidad, la procreación, el nacimiento de los niños, la adivinación y el tejido.

¿Qué es la fundación?

—Fue una inspiración que tuve viviendo en Traslasierra, exactamente en Las Rabonas, mirando el cielo durante muchas noches y días. Y un día sentí que había que imaginar a la Argentina desde una perspectiva galáctica y astrológica favorable, cosa que no había ocurrido, porque el 9 de julio de 1816 fue una fecha puesta desde el plano político, social y económico de la Argentina, pero nadie pensó en fundar una nación bien aspectada como han hecho las grandes culturas y civilizaciones: los egipcios, mayas, chinos, indios… E inclusive en los Estados Unidos fue muy estudiada la fecha del 4 de julio de 1776, con gente de la kabalah, numerólogos, astrólogos, para tener una aspectación hacia un nuevo destino. Acá no pasó eso. Hice bastante investigación de lo que había pasado el 9 de julio y no hay ningún documento donde hubiera algún tipo de asesoramiento en el plano astrológico, ni numerológico, y por eso fue muy mala la fecha: luna llena en oposición al Sol. Así, el eterno enfrentamiento del gobierno con el pueblo a través de todos estos años, sin posibilidad de una participación democrática ni de evolución. Y eso lo fui sintiendo a través de todo mi trabajo de hacer las predicciones basadas en el I Ching, y me di cuenta de que siempre salía el mismo hexagrama, el número 18: el “Trabajo en lo echado a perder”.


Ludovica Squirru en Traslasierra.

Durante siete años se repetía el mismo hexagrama cuando yo hacía las predicciones para la Argentina. Y si bien es un hexagrama bastante creativo, porque dice que si se pudre un fruto por los gusanos que lo comen, eso pasa como abono a la tierra y a partir de ese abono nace una nueva semilla, siempre que seas consciente de los errores que has cometido, y los puedas enmendar. Sentí que en la Argentina no éramos conscientes de la razón por la cual habíamos nacido como pueblo y nación. Y a partir de esa inspiración, me dije: no alcanza con lo mío (mi visión de la astrología china), tengo que convocar a gente especialista en otras cosmovisiones. De hecho, mi trayectoria por el mundo maya fue un gran aporte en mi vida, para que se me abriera el otro hemisferio del cerebro. Entonces, lo convoqué a Carlos Barrios (con quien escribí un libro sobre los mayas y las profecías), a Juan Namuncurá (que es un representante del mundo mapuche) y a Ana Tarántola (desde el punto de vista asirio y caldeo), para que fueran cuatro cosmovisiones e implantarlas desde el plano galáctico; ahí surge la idea de la fundación.

¿Qué matices se te impusieron una vez que sedimentó esa visión, es decir, cuál fue el preludio que condujo a la convocatoria? Por cierto que se trata de una propuesta atípica en una república que parece vivir en estado de velorio permanente.

—Sobre todo, me di cuenta de que me tenía que fundar yo nuevamente, a mí misma. Porque, en el fondo, la fundación es eso: que cada persona sea consciente de reformular su vida y de ver donde estábamos parados en ese momento en el plano histórico, cronológico, espiritual y real de la vida; por empezar, la mía. Me di cuenta de que yo me tenía que fundar nuevamente. Porque si bien eso coincidió con una edad –46, 47 años– que podemos llamar “balance de vida” o “crisis existencial”, advertí que estaba pagando realmente un precio carísimo, como ocurre cuando una toca estas dimensiones. Quizá estos años hayan sido los más difíciles de mi vida, como ser humano, como mujer, para seguir viva. Soy una persona con un gran poder intuitivo, lo he desarrollado, y en general todas mis intuiciones las concreto, las bajo a la tierra, pero también sé lo que cuesta eso.

El peaje fue caro, y el de la fundación muy caro. ¿Por qué? Porque para una persona como yo, que está en este país, principalmente encasillada en el horóscopo chino y en eso de ser una best-seller, en vez de quedarme en lo que hago surge la certeza interna que todo eso es lo más leve que me pasa. Sin embargo, a la hora de poder difundirlo, decirlo, a mí se me escucha con un oído, no con los dos. Es demasiado que esta idea haya surgido de mí, como un proyecto para todo un país, para todas las personas, no de acá, sino de Latinoamérica y del mundo. Hace poco fui de gira al Uruguay; entre las causalidades y sincronicidades que me pasaron fue llegar, y al día siguiente recibir el diario debajo de la puerta del hotel y leer que el ex presidente Sanguinetti estaba proponiendo en el congreso el cambio de fecha de la fundación del Uruguay. Porque había hecho estudios y consultas, y los legisladores tenían una confusión increíble sobre si había sido el 18 de julio la fecha de la independencia, o el 25 de agosto. Nadie sabía si era porque Artigas y la Banda Oriental se habían separado de Portugal, de la Argentina o de España. Nadie sabía nada. Y a partir de eso Sanguinetti está proponiendo en Uruguay una nueva fecha histórica de fundación para el país.

Ana Tarántola, Miguel Grinberg y Ludovica Squirru. Fundación, 4 de diciembre de 2005.

Eso me pasó. Por supuesto, lo llamé para contarle de la que venimos, de lo que se hizo acá en la Argentina, y darle la idea de apoyarlos desde el punto de vista astrológico y fundacional cuando elijan una fecha. Sanguinetti se quedó atónito, no lo podía creer. Por supuesto, hablé sobre el tema en todos los programas de radio y TV en Montevideo. Es convergente, es algo que necesitamos en toda Latinoamérica, precisamos refundarnos en cada país o nación. Tiene que ver con un repaso, con un ciclo de tiempo nuevo, que no es solamente lo histórico, sino de los seres humanos que ahora estamos sobre la faz de la tierra, diciendo quiénes somos, hacia dónde vamos, qué es esto, y por qué tenemos que seguir atados a un pasado al cual no pertenecemos. Nada tuvimos que ver con esa fecha en la cual se declaró la independencia –fecha que se puede compartir o no– pero que no tiene resonancia con el momento actual de un ser humano en el planeta; y si se es argentino, más. Creo que lo mío fue una idea o una visión que empezó a destapar velos y a encontrar gente como vos, que se acercaron al fogón, y muchos otros con una resonancia increíble. Y ahí estamos en ese fluir, en ese Tao, en ese camino. Ya estoy absolutamente relajada y tranquila, porque lo que venga, todo es Tao. No me importa lo que digan o lo que no digan. Yo sé lo que es esto. Y sé lo que está pasando con esto.

Entonces, ¿cómo fue el primer 4 de diciembre?

—Fue como cuando tenés 15 años y hacés un picnic en primavera, y todo es entusiasmo y decís que esto va a salir bien porque somos unos locos. Logré que viniera Charly García a tocar en el medio del campo. Lo convencí y le encantó la idea, y después vino a tocar el himno nacional al centro cultural La Plaza cuando hicimos la presentación en Buenos Aires. Está también de por medio el tema femenino. Las mujeres somos más valientes, porque somos menos prejuiciosas que los hombres. Aunque además de Ana Tarántola estaba Juan Namuncurá, que expuso muy bien su ideario mapuche, su arte y su filosofía. Si no hubiera concurrido nadie, igual yo sigo; este es mi cuento y no lo cambio. Y si estás adelantada mil años o cien, no es mi problema. También lo estuvo Solari Parravicini, y lo estuvo muchísima gente del mundo, y los consideraban locos. Yo trato de encontrar los auxiliares cósmicos y terrenales, los que somos de la misma tribu para protegernos, para seguir adelante.

La diosa maya Ixchel. Traslasierra.

Repasemos entonces lo revelador de los 4 de diciembre ya celebrados, como fecha elegida para la fundación espiritual de la Argentina.

—La fundación me ha dado la lección más grande de mi vida, porque capté que cuando tuve la idea y la bajamos a la realidad, la filmamos y empezamos a sacarla al mundo, yo tenía que atravesar el Ganges. Y fueron estos dos años los más difíciles de mi vida. La fundación me miraba y me decía: “¿Viste, nena, que todo empieza por uno?”. Entonces, cuando cocinás tu vida en serio, ahí podés seguir bien parada en un proyecto. Ahora, desmalecé la vida y vivo en un mundo absolutamente real. Voy a seguir con esta bandera porque se ha convertido en mi vida. No está separada, no es “una actividad aparte”. Este año, como tercer aniversario, se sumó la revelación que tuve en la isla Mujeres (México), regida por Ixchel, la diosa maya de la fertilidad, el tejido y la abundancia. Una vez en el santuario descubro que la diosa no está, que la robaron y reemplazaron con esculturas fálicas espantosas. Me sentí ultrajada. Y me dije: “quiero restaurar esto como energía femenina, como equilibrio, como armonización”.

Entonces le pedí a Manuel Álvarez, un artista maravilloso que vive en Traslasierra, que con un pedazo de algarrobo del campo tallara una imagen de una diosa, y salió esa belleza que el pasado diciembre alojamos en lo alto de una montaña en El Nono. Por eso, a los buscadores desorientados de aquí y ahora les digo que es el tiempo de vivir poéticamente, de escuchar la intuición, esa locura que tuvimos todos cuando fuimos tan jóvenes, cuando nos sentíamos tan solos, tan abandonados, con sueños que eran “pecados mortales”. Busquen dentro de ustedes cuál es el llamado, cuál es la vocación, sin escuchar mandatos, prepotencias, dogmas, ni nada, porque es lo único que en la vida da sentido a la existencia. Si saben que en un momento dado tienen la posibilidad de escucharlo, asuman que con eso pueden ganarse la vida, pueden comer, si lo llevan a cabo y se convierte en la verdad en sus vidas, en sus corazones, hasta que encuentren la llave que abre el encuentro con uno mismo. Creo que en esta era tenemos que trabajar para hacer las paces con nosotros mismos, reconciliarnos con nuestra naturaleza, con nuestra vida y nuestras encarnaciones, y poder compartir lo mejor de ese fruto con quienes estemos en el camino.

(El HOROSCOPO CHINO 2007 de Ludovica Squirru ya fue distribuido a nivel nacional en la Argentina y otros países hispanoparlantes)


AGITACIÓN FUNDACIONAL URUGUAYA

Consideraciones del Dr. Julio Ma. Sanguinetti elevadas a la Comisión de Educación y Cultura del Senado del Uruguay, el 15 de diciembre de 2005.

“La imposibilidad de una mirada histórica unánime no puede inhibir, no debe inhibir, la necesidad de una nación de configurar sus bases fundamentales en los elementos de identidad reconocidos por todos. De allí que sea fundamental la instauración de ciertas fechas nacionales, así como la consagración de símbolos, himnos, escudos y banderas. No son aquéllas conservadoras evocaciones nostálgicas ni estos últimos apenas imágenes vacías. Representan principios, valores, que se ponen por encima de los ciudadanos como identificatorios de una nación que ha elegido el camino de la democracia.

“Nuestro Uruguay, ya no tan joven, adolece aún de esos debates, aunque ha encontrado en la figura de Artigas y su gesta el gran elemento unificador. Él, sin embargo, no se refleja claramente en nuestra simbología, aún poblada de equívocos. En este caso, estamos planteando el de la Fecha Nacional, conocida como Día de la Independencia, que se celebra el 25 de agosto desde 1860, pese a que hoy por hoy es considerado por la mayoría de los historiadores y juristas como un momento significativo en nuestra historia pero que marca más nuestra soberanía provincial y su consiguiente adhesión a la pertenencia argentina que a nuestra autonomía nacional. Nuestros niños aprenden en la escuela el culto patrio celebrando esa fecha, pero generalmente se hunden en una curiosa perplejidad cuando los estudios secundarios les llevan a leer las tres leyes célebres, que les muestran ese día como un acto de independencia ante Brasil, pero una reincorporación sin condiciones a lo que hoy es la Argentina. Cada profesor con que hablamos nos señala esa circunstancia. Aun para quienes idolatran esa fecha, está claro que ni es el comienzo ni el final del proceso de independencia. Lo grave del tema es que el ciudadano en formación ya nace a la vida cívica con la sensación de un equívoco, de un error, de que lo que celebra, aún valioso, no deja de ser un error histórico, a partir de lo cual se instala en su mente una nota de incredulidad sobre el país mismo. ¿No habrá llegado, entonces, el momento, de replantearse el tema, asumir con madurez un debate al respecto y fijar una fecha nacional que nos una a todos y no sea materia de controversia?”.

17 noviembre 2006

NUESTRO MIEDO MÁS PROFUNDO


Nuestro miedo más profundo no es que seamos ineptos.
Nuestro miedo más profundo es que seamos poderosos sin medida.
Es nuestra luz, no nuestra tiniebla lo que nos intimida.


Nos preguntamos, ¿quién soy yo para ser tan brillante, magnífico, talentoso, y fabuloso?
En verdad, ¿por qué no deberías serlo?


Eres una criatura de Dios.
Hacerte pequeño no le sirve al mundo.
No hay nada de iluminado en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu lado.


Nacimos para manifestar la gloria de Dios que llevamos dentro.
No se encuentra apenas en algunos:
está en todos.


Cuando dejamos que brille nuestra luz, inconscientemente permitimos a otros que hagan lo mismo.
Cuando nos liberamos de nuestro miedo, nuestra presencia libera automáticamente a los demás.


MARIANNE WILLIAMSON (Volver al Amor, ediciones Urano)

16 noviembre 2006

MENSAJE DE LOS ANCIANOS HOPI


Estuvieron diciéndole a la gente que ésta es la Undécima Hora.
Ahora deben regresar y decirle a la gente que la Hora ha llegado.
He aquí las cosas que deben considerarse:
¿Dónde están viviendo?
¿Qué están haciendo?
¿Cuáles son sus relaciones?
¿Están en el vínculo correcto?
¿Dónde está el agua?

Conozcan su huerto:
Es tiempo de que pronuncien su Verdad.
De que construyan su comunidad.
Sean buenos unos con otros.
Y no busquen fuera de sí mismos al líder.

¡Esta podría ser una buena época!

Hay allí un río que fluye muy rápido.
Es tan grande y raudo que asustará a algunos.
Tratarán de aferrarse a la orilla.
Sentirán que son destrozados y sufrirán mucho.

Sepan que el río tiene un destino.
Los mayores dicen que debemos soltar la orilla
Y deslizarnos hacia el centro del río.
Manteniendo abiertos los ojos, y las cabezas por encima del agua.

Vean quién está allí con ustedes y celebren.

A esta altura de la historia, no tomaremos nada como personal
Y mucho menos a nosotros mismos,
Pues en el momento en que lo hacemos
Nuestro crecimiento y viaje espiritual se detienen.

La época del lobo solitario concluyó.
¡Reúnanse!

Cancelen la palabra combate en su actitud y vocabulario.

Todo lo que hagan desde ahora debe hacerse de modo sagrado
Y celebrando.

Somos la gente que estábamos esperando.

Nación Hopi – Oraibi, Arizona


(Libro editado por Kier, Av. Santa Fe 1260, Buenos Aires. Distribuido en librerías.)

10 noviembre 2006

MEDIDA GUBERNAMENTAL POR LA FELICIDAD



¿Cuánto midió el riesgo

feliz?

08.11.2006


El Gobierno de Tailandia medirá cada mes el estado anímico de los ciudadanos y dará a conocer el resultado por medio del "índice de la felicidad", lo que cree que llevará a la sociedad hacía un equilibrio entre el materialismo y la espiritualidad.

El nuevo "índice de la felicidad", que funcionará a partir del próximo enero, se basa en factores como el de la esperanza de vida, satisfacción laboral, salud, relación familiar, seguridad ciudadana, libertad individual e igualdad de derechos para los dos sexos.

El proyecto de crear el índice tailandés de felicidad, tomando algunas ideas del que desarrolló el pequeño reino de Bután, surgió del Ministerio de Finanzas, cuando sus responsables comenzaron a barajar fórmulas para conocer si el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) repercute en la mejora de la calidad de vida de los tailandeses de todos los estratos sociales.

Después el golpe de Estado del pasado 18 de setiembre, y recién asumida la jefatura del Gobierno, el primer ministro interino, el general Surayud Chulanont, rescató de los archivos ministeriales la idea del "índice", que está en consonancia con su anunciado plan de centrarse "en la felicidad de la nación, en vez de en la riqueza".

Con su plan para la felicidad, el general Chulanont satisface en cierta medida los deseos del respetado rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, defensor de lo que denomina "economía autosuficiente", un ambiguo concepto filosófico que busca el crecimiento económico sostenido y un nivel de inversión adecuado a las necesidades del país.

El concepto de desarrollo que al monarca le gusta incorpora el valor que la religión budista da a la moderación, una tradición que se desvaneció con la fiebre consumista que vive Tailandia, y choca frontalmente con el enfoque capitalista que tenía la política del depuesto primer ministro y multimillonario, Thaksin Shinawatra.

Aunque de cara al turismo Tailandia se autodenomina "Tierra de las sonrisas", el informe elaborado en el 2006 por la Fundación para la Nueva Economía, institución internacional con sede Londres, descubrió que la población de este reino tropical, en el que viven cerca de 63 millones de habitantes, es menos feliz que la de otros países del sudeste de Asia, como Vietnam o Indonesia.

Ahora, y siguiendo las instrucciones del Gobierno provisional instalado en el poder por los militares golpistas, el Instituto Nacional para el Desarrollo Económico y Social ultima el diseño del índice que reflejará el nivel de la "felicidad interna bruta" que se registra en Tailandia.

"Cuando obtenemos el índice del Producto Bruto Interno sólo reflejamos la dimensión económica, que no es suficiente para medir la felicidad de la gente tailandesa. Todo depende de cómo uno define la felicidad", apuntó Kitisak Snthubanich, secretario general del instituto.

La primera prueba del "índice de felicidad" reveló que los habitantes del noreste de Tailandia, considerada la región más pobre y menos desarrollada del país, son precisamente los que disfrutan de un mayor nivel de felicidad.

Los expertos atribuyeron ese alto nivel de felicidad al hecho de que en las provincias del noreste, en las que la agricultura y la ganadería son los principales medios de vida, continúan asentadas las tradiciones culturales y familiares.

Otra prueba posterior hecha a finales del pasado octubre dio como resultado que las inundaciones causadas por las intensas lluvias que cayeron durante aquellas fechas podían haber hecho descender el índice de felicidad hasta el nivel cero.

"Nuestra sociedad necesita fijarse más en el comportamiento ético, en la buena gestión del Gobierno, en la preservación del medioambiente y en la distribución equitativa de la riqueza", señaló Chutamas Baramichai, subsecretaria del instituto.

05 noviembre 2006

"PUENTE ENTRE RELIGIÓN Y CIENCIA"



DICE QUE LA FE ESTÁ DETERMINADA POR LA BIOLOGÍA HUMANA

El genetista Dean Hamer asegura que el VMAT2 es el "gen de Dios"

04.11.2006

El doctor genetista Dean Hamer afirma que la fe está determinada por la biología humana, según publica en su libro 'El gen de Dios' (La Esfera de los Libros), que saldrá a la venta en España el próximo 7 de noviembre. Asegura que el VMAT2 es el "gen de Dios". El autor se basa para exponer estas afirmaciones en los últimos descubrimientos en Genética del comportamiento y en Neurobiología. Hamer, cuyo libro se subtitula precisamente 'La investigación de uno de los más prestigiosos genetistas mundiales acerca de cómo la fe está determinada por nuestra biología', sostiene que la respuesta está en los genes del hombre y que la espiritualidad es una de sus herencias básicas, un instinto que proporción un sentido de la vida y valor para superar dificultades y pérdidas.

Además, también incrementa las probabilidades de supervivencia reproductiva del ser humano porque ayuda a reducir el estrés, previene enfermedades y aumenta la esperanza de vida.

Así, según explica, ha analizado la composición genética de unos 1.000 individuos de diferentes edades y contextos sociales y ha comparado muestras de sus ADN con una escala que mide la espiritualidad, "consiguiendo identificar un 'gen de Dios' específico, el VMAT2, que demuestra cómo ésta se manifiesta en el cerebro".

"PUENTE ENTRE RELIGIÓN Y CIENCIA"

El libro, según detalla, no busca confirmar la existencia o la inexistencia de Dios, "sino tender un puente entre la religión y la ciencia": Cómo sentimos a Dios, La diferencia entre espiritualidad y religiosidad, Identificación transpersonal, ¿Mente o materia?, El poder de la oración, La curación por la fe o Cultura y ADN.

"La pregunta '¿Existe Dios?' puede ir más allá de la ciencia, pero la pregunta '¿Por qué creemos en Dios?', en otras palabras, el intento de entender el mecanismo a través del cual trabaja nuestra creencia en Dios o en un poder más alto, está potencialmente dentro de nuestra capacidad de comprensión", argumenta.

En cualquier caso, el autor advierte de tres "limitaciones importantes" de su libro: que no es una explicación total de la espiritualidad; que la investigación sobre el comportamiento genético solamente puede explicar diferencias individuales, no características generales de la especie; y que éste es un libro sobre lo que los humanos creen, no sobre si esas creencias son verdad.

Hamer es autor de 'The Science of Desire', incluido en la lista de libros sobresalientes de 'The New York Times' y de 'Living with Our Genes'. Ha publicado más de cien artículos en revistas de ciencia tanto académicas como divulgativas junto a sus colaboradores del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos. Doctorado por la Universidad de Harvard, ha sido galardonado con numerosos premios, entre los que destaca el 'Ariens Kappers Award for Neurobiology'.




Desde Inglaterra nos llegan noticias del trabajo de Dean Hamer, genetista que dice haber encontrado una relación entre el gen VMAT2 y la predisposición de las personas a tener creencias religiosas.

Genetista afirma haber encontrado

el gen 'religioso' en humanos


Por Elizabeth Day - LONDON SUNDAY TELEGRAPH



LONDRES — Un genetista molecular estadounidense ha llegado a la conclusión, después de comparar más de 2.000 muestras de ADN, que la capacidad de una persona para creer en Dios está relacionada con la química cerebral.

Sus hallazgos han sido criticados por los líderes clericales, que desafían la existencia de un “gen de Dios” y dicen que la investigación mina uno de los principios fundamentales de la ge – que la iluminación espiritual se alcanza a través de la divina tranformación y no gracias a los impulsos eléctricos cerebrales.

Dean Hamer (en la foto), director de la Unidad de Regulación de la Estructura Genética en el Instituto Nacional para el Cáncer, ubicado en Bethesda, pidió a unos voluntarios que le respondieran a 226 preguntas para determinar el nivel de espiritualidad con el que se sentían conectados al universo.

Cuanto mas alta era la puntuación, mayor era la habilidad de esa persona para creer en una gran fuerza espiritual, y el Sr. Hamer encontró que en estas personas, la probabilidad de compartir el gen VMAT2 también era mayor.

Los estudios en gemelos demostraron que aquellos con este gen, un transportador vesicular de monoaminas que regula el flujo de elementos químicos que alteran el humor en el cerebro, tenían mayores probabilidades de desarrollar creencias religiosas.

Según comentó, crecer en un ambiente religioso tiene poco efecto sobre las creencias.

El Sr. Hamer, quien en 1993 afirmó haber identificado una secuencia de ADN relacionada con la homosexualidad masculina, comentó que la existencia del “gen religioso” explicaba por qué algunas personas tienen mayor aptitud para lo espiritual que otras.

“Buda, Mahoma y Jesús compartían todos una serie de experiencia místicas, o alteraciones en la consciencia, y por ello probablemente portaban este gen”, comentó. “Esto significa que la tendencia hacia lo espiritual es parte de la configuración genética. Esto no es algo que pase estrictamente de padres a hijos. Podría saltarse una generación, es como la inteligencia”.

Sus hallazgos, publicados en el libro “El gen de Dios: cómo la fé se configura en nuestros genes”, están siendo recibidos con gran escepticismo por mucha gente de la jerarquía religiosa.

El reverendo John Polkinghorne, miembro de la Royal Society y teólogo canónigo en la Catedral de Liverpool, dijo: “La idea de que existe un gen de la religiosidad va contra mis convicciones teológicas personales. No se puede reducir la fe al mínimo común denominador de la supervivencia genética. Esto demuestra la pobreza del pensamiento reduccionista”.

El reverendo Walter Houston, capellán del Mansfield College en Oxford, y profesor de teología comentó: “La creencia religiosa no está relacionada solo con la constitución de una persona, sino con la sociedad, la tradición, el carácter; todo cuenta. Poseer un gen que puede hacer todo eso, me parece bastante improbable”.

El Sr. Hamer insistió, no obstante, en que su investigación no se opone a la creencia en Dios.

“Las personas religiosas pueden señalar la existencia del gen de Dios como un signo más del ingenio del creador, una forma inteligente de ayudar a los humanos a reconocer y abrazar su presencia divina”, añadió.

04 noviembre 2006

ARGENTINA: LOS INDÍGENAS TAMBIÉN EXISTEN


Son más de 400 mil, revela un censo

Descubren en Argentina

que aún hay indios

El diario Clarín de Argentina reportó el pasado septiembre que "por primera vez en su historia, el Estado nacional concluyó una encuesta a los pueblos indígenas del país". Y así los argentinos se enteraron que en su país aún hay indígenas. Y no pocos. Cerca de medio millón. Los invisibles de América, de Canadá y Estados Unidos a Uruguay, Argentina y Chile, siguen aquí.

Gabriel Giubellino escribe: "Los censistas, que debían ser indígenas, visitaron entre mayo de 2004 y diciembre de 2005, 57 mil hogares de todo el país. Contaron a 402 mil 921 indígenas de 22 pueblos diferentes. Entre ellos, pueblos que no eran visibles. Este censo informa que hay en la Argentina comechingones, charrúas, huarpes, onas".

Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo "revelan una diversidad ignorada, con una presencia notable en la ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires. Cuatro de esos pueblos --mapuches, kollas,tobas y wichí-- representan el 66 por ciento del total. El pueblo más grande es el mapuche, con un 26 por ciento. Entre las más pequeños: el chulupí 0,1 por ciento con 440 personas; tapiete 484 y ona 505".

En la capital y los 24 partidos del Gran Buenos Aires hay: tobas 14 mil 456; kollas 10 mil 829; guaraníes 9 mil 89; mapuches 8 mil 693; tupí guaraníes 8 mil 478; diaguitas y diaguita calchaquíes 5 mil 738; ava guaraníes 2 mil 868; tehuelches mil 637; rankulches mil 326; huarpes mil 134; y onas 114. Casi 65 mil. "¿Cómo pudieron detectarlos en medio de la gran ciudad?" se pregunta Giubellino.

El primer Censo General en Argentina se hizo en 1869. Los jefes de frontera hacían una estimación de los indígenas con un criterio militar: contando enemigos. En el Segundo Censo, en 1895, cuatro años antes de la llamada "Conquista del desierto", también los contaron. Luego comenzó el período de omisión y ocultamiento. Los siguientes censos nacionales (1914, 1947 y 1960) no los consideraron. "En la jerga, se dice que hubo un etnocidio estadístico", indica el doctor Enrique Amadasi, director nacional de Estadísticas Sociales y de Población. Y aclara que el número de 400 mil indígenas "es de mínima".

En 1966 se proyectó el Primer Censo Indígena Nacional. Quedó trunco con el derrocamiento del presidente Arturo Illia, pero sobrevivieron datos valiosos. Ese estudio parcial contabilizó 165 mil indígenas. Siguieron tres décadas, con sus censos nacionales de 1970, 1980 y 1991, en las que Argentina ignoró a sus pueblos. "Las cosas empezaron a cambiar con la reforma constitucional de 1994, con el reconocimiento de estos pueblos. Tres años después una ley nacional obligó a incluir la temática indígena en el censo nacional siguiente".

Al mismo tiempo, como en toda América, los pueblos indígenas se empezaron a movilizar. Por entonces, el Estado reconocía y conocía 17 pueblos; ahora son 22. A punto de recibirse de socióloga, Rosalía Gutiérrez, kolla de Palpalá, Jujuy, y una de las coordinadoras regionales de la encuesta, valora el trabajo: "Vino a destapar la olla en muchas provincias en las que decían que no había indígenas. Lo histórico fue la participación que nos dieron". Los otros coordinadores regionales fueron dos mapuches, un toba, una rankulche y otro kolla.

El trabajo no fue fácil. "En algunas direcciones de Estadísticas ni siquiera sabían de la existencia de indígenas en su propia provincia, y también están los que sabían, pero costó para que entendieran que aún existimos y que somos capaces de ser encuestadores. Si tuvimos éxito --termina Rosalía Gutiérrez-- es porque la gente indígena participó sensibilizando, visitando hogares. Sin este trabajo no hubieran contestado, ya que existe mucha desconfianza, incorporada durante siglos por tanto engaño que nos dejó la colonización, que aún padecemos". Ahora, la información "debe volver a la comunidad de mano de los mismos indígenas".

También a fines de septiembre, la agencia noticiosa Adital informó, como dato preocupante ("inédito" para un país como Argentina), que diecisiete niños guaraníes murieron en dos meses de neumonía y desnutrición. Según la Red Latina Sin Fronteras, la Dirección de Asuntos Guaraníes atribuye las muertes "a las fallas del Estado". Persiste la polémica entre la Dirección de Asuntos Guaraníes y el Programa de Salud Indígena, dependiente del Ministerio de Salud Pública de Misiones, "por el compromiso de ambos organismos en atender a los pueblos originarios que se hallan en territorio provincial". Las muertes continúan, a pesar que a principios de 2006 el Programa Salud Indígena recibió más fondos para su ejecución.

"Esto es responsabilidad compartida con todas las instituciones. Cada muerte muestra a las claras que hay problemas en la contención y prevención. Cada muerte de un niño mbyá es una situación gravísima para el Estado, porque algo sucedió, algo falló en las políticas de gobierno", reconoció Arnulfo Verón, director de Asuntos Guaraníes. El último fallecimiento fue en la comunidad Leoni Poty, en el municipio de Puerto Leoni, y se trató de un mbyá de siete meses.

Lo que impresiona a los argentinos (mientras en México es "lo común") es que los decesos de menores indígenas fueron por "dolencias que pueden ser tratadas, evitando consecuencias fatales". Se inició "un ciclo inédito de muertes evitables". El año pasado, concluye Adital, "un informe oficial realizado a nivel nacional había advertido que el 57 por ciento de los niños aborígenes de Misiones padecen graves problemas de alimentación". Además, en las 75 comunidades de la región, 40 por ciento de las personas no están documentadas, 60 por ciento son analfabetas y 43 por ciento padecen desnutrición crónica".


Ojarasca (México)

Nota: entrevistado por el programa Estación Sur de FM Radio Palermo (Buenos Aires), el vocero indígena Luis Pincén, biznieto del legendario Cacique Pincén, comentó que en la realidad el número oficial de indígenas argentinos se remite apenas a la mitad de los aborígenes existentes en el país.

03 noviembre 2006

LULA REELEGIDO COMO PRESIDENTE DEL BRASIL

El derecho a festejar y a luchar
Por Emir Sader

Hace exactamente cuatro años -muchos de nosotros en la Avenida Paulista, otros tantos fuera y dentro de Brasil- conmemorábamos la victoria de Lula, del Partido de los Trabajadores (PT), de la izquierda. Mucha gente dejaba escapar lágrimas, gritos y tantas cosas reprimidas que venían desde lejos: el recuerdo de compañeros que no pudieron conmemorar con nosotros, las frustraciones acumuladas ante el país devastado por el gobierno que -por fin- terminaba derrotado aquel día.

Festejábamos, pero con sabor amargo en la garganta. Sabíamos que era nuestro gobierno, pero algo se nos escapaba allí. Ganábamos, acabábamos derrotando al gobierno de Fernando Henrique Cardoso, pero se cernían sombras sobre la victoria que indicaban que ésta se nos escapaba. Algo indicaba que nuestra victoria no era necesariamente nuestra victoria, la de la izquierda antineoliberal, la de "otro mundo es posible".

Habíamos luchado contra las privatizaciones, las contrarreformas neoliberales con un Estado acotado y menores políticas sociales, reglamentaciones, derechos laborales, empleos formales, soberanía, esfera pública, educación pública, cultura pública. Luchamos contra las limitaciones a los derechos de los trabajadores, los pensionados, trabajadores sin tierra, universidades y salud pública. Triunfaba el Brasil de Lula, del PT, de los sin tierra, de la central obrera, de Porto Alegre, del presupuesto participativo, del Foro Social Mundial.

Nuestras desconfianzas se confirmaron con más rapidez de lo que suponíamos. Henrique Meirelles 1 y el mantenimiento de la tasa de interés y el superávit primario, eran puntas de un iceberg más profundo: la supervivencia del modelo económico heredado de Cardoso. La habían llamado "herencia maldita", pero sin exhibirla para enseñar el Brasil deshecho y rehecho en la Bolsa de Valores en manos de los tucanos-pefelistas 2 , un país de educación y cultura privatizadas, con el escándalo histórico de la privatización de entes públicos saneados con dinero del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, y enseguida vendidos a precios de barata también con recursos públicos de ese banco.

En nombre de la superación de esa "herencia" nos fue impuesta una contrarreforma del sistema de previsión social, que desató un fatal desencuentro entre los movimientos sociales y el gobierno, porque se metía en el camino de "reconquistar la confianza del mercado" a espaldas de derechos de los trabajadores. Nuestro gobierno hacía "lo que Cardoso no había tenido el coraje de hacer", aunque omitía decir que el impedimento para que él lo hiciera fue la resistencia que opusimos.

No pasó mucho para que el modelo -llamado inicialmente "herencia maldita"- fuese perpetuado, con el sostenimiento de las tasas de interés reales más altas del mundo, el superávit primario por encima del demandado por el FMI, con la dictadura del contingenciamiento de recursos (del presupuesto federal) por el equipo económico que pasó a definir cuánto se destinaba a políticas sociales; cuál era el nivel de aumento al salario mínimo y el máximo que podía ofrecer el gobierno, si se viera obligado a cumplir la "prioridad de lo social" por la cual había sido electo.

Se perpetuó el modelo afirmándose que era el mejor; se agradeció al antecesor de Lula con un abrazo por la "herencia" -a partir de allí rebautizada "bendita"- que había dejado. Todo se acompañaba con un discurso desmovilizador, autocomplaciente, que no señalaba a los adversarios políticos que habían diseñado el país más injusto del mundo.

Nunca sentimos tanta amargura, porque una cosa era ver al país ser despedazado por los que nos habían derrotado y otra era ver un equipo en el Banco Central completamente alejado de las tradiciones de los economistas del PT. Había que ver a los grandes empresarios hacer prevalecer sus intereses de negocios agroexportadores, de diseminación de transgénicos sobre los sin tierra, la reforma agraria, la economía familiar, la autosuficiencia alimentaría en nuestro gobierno. Otra cosa era ver a las radios comunitarias reprimidas en lugar de incentivadas; la prensa alternativa sobrevivir a duras penas, mientras el gobierno continuaba alimentando a los grandes monopolios antidemocráticos de los medios privados.

Fue muy duro: en ciertos momentos habría sido más fácil dejar correr el discurso y adherir a la teoría de la "traición", refugiarnos en las denuncias y abandonar la posibilidad de construir una alternativa concreta. Como si no bastase todo eso, vinieron los "escándalos": nos volvíamos el partido de los "mayores escándalos de la historia del país". La palabra petista era acompañada por la desconfianza de la "corrupción".

Sin embargo, nosotros nos quedamos. Sabíamos que nuestra política exterior era correcta y se había vuelto esencial para el continente, ya poblado de gobiernos progresistas como nunca ante en América Latina. Sabíamos que nos podíamos enorgullecer de Petrobras, de la autosuficiencia energética, de que se había rescatado a Brasil de la crisis por medio de una tecnología de investigación y extracción de petróleo en aguas profunda, con técnica pública nacional. Sabíamos que la privatización de la educación, que había hecho proliferar facultades y universidades privadas como verdaderos shopping-centers que vendían educación como Big Macs, había terminado.

Que Lula no era Cardoso. Que los movimientos sociales no eran criminalizados y reprimidos y las relaciones con Venezuela, Bolivia, Cuba, Argentina y Uruguay eran de hermandad y no de preconceptos de quien mira para el norte, allende fronteras. Que el ALCA había sido detenido y derrotado por nuestra política exterior y Brasil había sido el principal responsable de la reaparición del sur del mundo en el escenario internacional con el Grupo de los 20 y las alianzas con Sudáfrica e India.

Nos quedamos también porque sabíamos que irnos sería recaer en la vieja e infértil tentación del refugio en el "doctrinarismo", camino que el PT se había propuesto superar. Sería retomar el viejo círculo de Sísifo, interminable en avances, victorias, "traiciones" y retorno a la resistencia, como una tragedia griega que condenaba a la izquierda a tener razón pero siempre ser derrotada; a sentir vergüenza y desconfianza de las izquierdas triunfantes.

Valió la pena quedarnos, creer que este era el mejor espacio para acumular fuerzas y construir alternativas, porque desde allí se derrotaría al monopolio privado de los medios de comunicación, demostrando que es posible e indispensable construir formas democráticas de expresión de la opinión pública, sacando a las dos manos oligopólicas de las cuatro familias que creían ser dueñas de la opinión.

Al quedarnos recuperamos la posibilidad de construir "otro Brasil", camino que parecía cerrado en medio de tanto superávit fiscal, tasas de interés exorbitantes y múltiples denuncias. Nos recuperamos especialmente en la segunda vuelta electoral porque llamamos "derecha" a la derecha. Criminalizamos las privatizaciones, posibilitando que emergiese la condena mayoritaria de los brasileños al proceso embelezado y sacralizado por los medios porque apelamos a la movilización popular e hicimos una campaña de izquierda. También porque comparamos el gobierno de ellos con el nuestro que, pese a sus debilidades, se mostró incuestionablemente superior al de ellos. Triunfamos porque cambiamos, no porque nos estancamos.

Ahora festejamos en la Avenida Paulista y en otros lugares -sobre todo en esos millones de casas de beneficiarios de la Bolsa Familiar, de la electrificación rural, de los microcréditos, del aumento a los salarios mínimos-, lo que principalmente los dignifica a quienes se sintieron contemplados y representados.

Festejamos con el mismo sabor amargo en la garganta -pero con esperanza más que con desconfianza- el derecho a tener otra oportunidad. Festejamos el derecho a abandonar la política económica conservadora que impedía el crecimiento y bloqueaba la expansión del crecimiento.

Festejamos el derecho de reabrirnos espacios de lucha -que nuestros errores amenazaban con cerrar- y que conseguimos salvarnos de una derrota que habría condenado a la izquierda -y con ella al país- a muchos años de nuevos retrocesos políticos. Festejamos porque bloqueamos la posibilidad de regresiones en América latina y seguimos acercándonos a los procesos de integración.

Festejamos, porque merecemos la victoria -a pesar de nuestros errores-, pero para estar a la altura de ella tenemos que hacerla de izquierda, al nivel del apoyo que el gobierno recibió de los más pobres, de los marginados, de los que trabajan más y ganan menos. De los que supieron resistir el embate de la propaganda que los medios desplegaron sobre todos.

Festejamos, pero juremos nunca más dejar que nuestro gobierno se desvíe del camino del desarrollo económico-social, de la política de universalización de los derechos, de democratización de los medios de comunicación, de socialización de la política y el poder.

Festejemos y retomemos la lucha, en condiciones mejores, por otro "Brasil posible" que esté al alcance de todos nosotros, del gobierno, del PT, de la izquierda, de los movimientos sociales, de la intelectualidad crítica, de la militancia política y cultural.

Supimos decir "No a la derecha"; afirmar "Fernando Enrique Cardoso nunca más"; construir la "prioridad de lo social"; derrotar a la derecha en todos los planos para construir un Brasil justo, solidario, democrático y humanista. Para volver a conmemorar dentro de cuatro años, sin sabores amargos, sin desconfianza, con el corazón y la mente orgullosos del país que supimos construir.


1. Presidente del Banco Central de Brasil designado por Lula.
2. Denominación dada a la alianza de los partidos de la Social Democracia Brasileña y del Frente Liberal.

Traducción: Rubén Montedónico