30 julio 2006

AULLIDO Y OTRAS EPOPEYAS


Allen Ginsberg:

Llega a medio siglo la

publicación de su mítico

poema Aullido


Nuevas ediciones para festejar el 8O no cumpleaños de Allen Ginsberg
El primer tercio, de Neal Cassady, uno de tres libros de próxima aparición
La efeméride se cierra con la edición de las cartas que intercambió con Burroughs


Por PABLO ESPINOSA


Santo laico, buda rencarnado en beat, coautor de poecanciones con los forjadores de la cultura rock, de Bob Dylan a Bono, autor clásico beatificado por fieles, infieles, tirios y troyanos, Allen Ginsberg festejó desde algún lugar del karma su 80 no cumpleaños el 3 de junio y el mundo se volcó en recitales, sesiones de lecturas, discos y alucinación. Como pocos, cumple la preceptiva que dictó don Johann Wolfgang von Goethe para su personaje La Inquietud: "Aun cuando ningún oído me escuchase/ de igual manera sonará mi voz/ en tu corazón/ Soy el compañero eternamente inquieto/ al que siempre encontramos aunque nunca lo busquemos/ a la vez acariciado y maldito".

En México, la editorial Anagrama pondrá a circular en breve tres libros fundamentales en torno de la efeméride. En primer lugar, una nueva edición, conmemorativa del medio siglo que se cumple este año desde que se escribió esta gesta, referente de la cultura contemporánea que es el extenso poema Aullido, en traducción de Rodrigo Olavarría. Incluye la
Footnote to Howl, que publicamos en esta misma página y que utilizó también el compositor Lee Hyla para su partitura Howl, que interpreta el Kronos Quartet (el disco se titula Kronos Quartet. Howl. U.S.A., en Nonesuch Records) y donde se escucha la recitación que hace Ginsberg, incluyendo el referido Pie de Página para Aullido.

El segundo libro que pondrá a circular Anagrama se titula Las cartas de la ayahuasca, publicado originalmente en 1963 y contiene la correspondencia entre Allen Ginsberg y William Burroughs y es una crónica del viaje que hizo Burrouhgs en 1953 a la selva amazónica de Colombia y Perú en busca del yagué o la ayahuasca, planta de míticas propiedades alucinógenas y telepáticas.

Cassady, émulo de los sueños de Icaro


El tercer libro de esta serie conmemorativa de los 80 no años de Ginsberg es otra piedra de toque de la cultura occidental contemporánea: El primer tercio (The First Third and Other Writings), del mítico y para muchos el verdadero fundador del movimiento beat, el maestrísimo Neal Cassady (1926-1968), libro que publicó en 1981 el poeta Lawrence Ferlinghetti, autor del prólogo.




Neal Cassady encarnó los sueños de Icaro que anidan multitudes, pero que sólo unos cuantos logran consumar: una vida plena en todos sentidos.

Cassady casó en distintas ocasiones pero su vida afectiva, sexual, emotiva la dispensó por doquier y con verdaderas multitudes. Viajó, amó, fornicó, viajó, escribió, volvió a coger, soñó, volvió a viajar, se emborrachó, viajó en hashish y en todos los sicotrópicos y alfombras volantes a la mano, robó coches a mares, chocó, volvió a viajar, se enamoró por vez enésima, fascinó a media humanidad por su belleza física casi animalesca y su inteligencia casi divina. Inspiró las novelas, la poesía, los actos públicos y privados, la creación de obras maestras que hoy son clásicos de toda la tribu beat.

En febrero de 1968, cuatro días antes de su cumpleaños, apareció en coma junto a la vía del tren, como había vivido, cerca de San Miguel de Allende, en México, y murió esa misma noche. Desde la mañana del día siguiente su leyenda se agiganta.




Nota a pie de página

para Aullido

Allen Ginsberg



¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo!

¡El mundo es santo! ¡El alma es santa! ¡La piel es santa! ¡La nariz
es santa! ¡La lengua y la verga y la mano y el agujero del
culo son santos!

¡Todo es santo! ¡todos son santos! ¡todos los lugares son santos!
¡todo día está en la eternidad! ¡Todo hombre es un ángel!

¡El vago es tan santo como serafín! ¡el demente es tan santo
como tú mi alma eres santa!

¡La máquina de escribir es santa el poema es santo la voz es santa los oyentes son santos el éxtasis es santo!

¡Santo Peter santo Allen santo Solomon santo Lucien santo Kerouac santo Huncke santo Burroughs santo Cassady santos

los desconocidos locos y suficientes mendigos santos los horribles ángeles humanos!

¡Santa mi madre en la casa de locos! ¡Santas las vergas de los abuelos de Kansas!

¡Santo el gimiente saxofón! ¡Santo el apocalipsis del bop! ¡Santas las bandas de jazz marihuana hipsters paz peyote pipas y baterías!

¡Santas las soledades de los rascacielos y pavimentos! ¡Santas lascafeterías llenas con los millones! ¡Santos los misteriosos ríos de lágrimas bajo las calles!

¡Santo el argonauta solitario! ¡Santo el vasto cordero de la clase media! ¡Santos los pastores locos de la rebelión! ¡Quien goza Los Angeles ES Los Angeles!

¡Santa New York Santa San Francisco Santa Peoria y Seattle Santa París Santa Tánger Santa Moscú Santa Estambul!

¡Santo el tiempo en la eternidad santa eternidad en el tiempo santos los relojes en el espacio santa la cuarta dimensión santa la quinta Internacional santo el ángel en Moloch!

¡Santo el mar santo el desierto santa la vía férrea santa la locomotora santas las visiones santas las alucinaciones santos los milagros santo el globo ocular santo el abismo!

¡Santo perdón! ¡compasión! ¡caridad! ¡fe! ¡Santos! ¡Nosotros! ¡cuerpos! ¡sufriendo! ¡magnanimidad!

¡Santa la sobrenatural extra brillante inteligente bondad del

alma!

Berkeley, 1955


Colofón al extenso, tenso, polémico, perseguido, al mismo tiempo acariciado y maldito, poema maestro de Allen Ginsberg, que publicamos con autorización de editorial Anagrama, a manera de adelanto de una nueva edición, celebratoria del cincuentenario de Aullido y otros poemas, que empezará a circular en breve.


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La Pasión de Ginsberg

según Felipe Vidrio



En los anaqueles de novedades discográficas se aloja el nuevo disco de Philip Glass. Contiene su Sexta Sinfonía, titulada Plutonian Ode en honor al poema de ese nombre que escribió el maestro Allen Ginsberg frente al horror de la autodestrucción humana que nos persigue (hoy en Líbano, mañana quiénsabedonde) en 1978, cuando la lujuria de los poderosos se cebaba ya en sus juguetes atómicos, sus armas nucleares alimentadas con plutonio para matar masivamente.

El álbum se compone de dos discos, el primero con la sinfonía ejecutada en estreno mundial por la Orquesta Bruckner de Linz, dirigida por Dennis Russell Davies y la soprano solista Lauren Flanigan. Carácter operático, episodios ominosos, gran orquesta, todos los recursos de don Felipe Vidrio (Philip Glass) estallan en 50 minutos de gran música.

El segundo disco trae la misma obra con una gran variante: el ingeniero Ichiho Nishiki editó una grabación de audio que realizó Allen Ginsberg recitando su Oda Plutónica y que regaló a Philip Glass. El efecto es tan sorprendente y mágico como todas las obras de don Vidrio: ondas cíclicas, oleaje voltaico, ecos brucknerianos y aquí traza dos curvas cual calculadas mediante algoritmos (no el del perverso Hildebrando, sino algoritmos para crear belleza, no destrucción) y ambas curvas sonoras se entrelazan, danzan, curvean y cómo se menean, ea ean; una de esas líneas la lleva la soprano, quien canta el texto del poema; la otra la enlaza el propio poeta, quien recita su oda y el efecto sonoro es casi mágico.

Esta partitura la escribió Philip Glass para celebrar sus 65 años, que cumplió hace cuatro. Al incluir nuevamente un texto de Ginsberg, como lo había hecho en sus obras anteriores Hydrogen Jukebox y Echorus, celebra ahora también el 8O no cumpleaños del poeta beat, efeméride que se cumplió el pasado 3 de junio.

Pablo Espinosa