DICE QUE LA FE ESTÁ DETERMINADA POR LA BIOLOGÍA HUMANA
El genetista Dean Hamer asegura que el VMAT2 es el "gen de Dios"
04.11.2006
El doctor genetista Dean Hamer afirma que la fe está determinada por la biología humana, según publica en su libro 'El gen de Dios' (La Esfera de los Libros), que saldrá a la venta en España el próximo 7 de noviembre. Asegura que el VMAT2 es el "gen de Dios". El autor se basa para exponer estas afirmaciones en los últimos descubrimientos en Genética del comportamiento y en Neurobiología. Hamer, cuyo libro se subtitula precisamente 'La investigación de uno de los más prestigiosos genetistas mundiales acerca de cómo la fe está determinada por nuestra biología', sostiene que la respuesta está en los genes del hombre y que la espiritualidad es una de sus herencias básicas, un instinto que proporción un sentido de la vida y valor para superar dificultades y pérdidas.
Además, también incrementa las probabilidades de supervivencia reproductiva del ser humano porque ayuda a reducir el estrés, previene enfermedades y aumenta la esperanza de vida.
Así, según explica, ha analizado la composición genética de unos 1.000 individuos de diferentes edades y contextos sociales y ha comparado muestras de sus ADN con una escala que mide la espiritualidad, "consiguiendo identificar un 'gen de Dios' específico, el VMAT2, que demuestra cómo ésta se manifiesta en el cerebro".
"PUENTE ENTRE RELIGIÓN Y CIENCIA"
El libro, según detalla, no busca confirmar la existencia o la inexistencia de Dios, "sino tender un puente entre la religión y la ciencia": Cómo sentimos a Dios, La diferencia entre espiritualidad y religiosidad, Identificación transpersonal, ¿Mente o materia?, El poder de la oración, La curación por la fe o Cultura y ADN.
"La pregunta '¿Existe Dios?' puede ir más allá de la ciencia, pero la pregunta '¿Por qué creemos en Dios?', en otras palabras, el intento de entender el mecanismo a través del cual trabaja nuestra creencia en Dios o en un poder más alto, está potencialmente dentro de nuestra capacidad de comprensión", argumenta.
En cualquier caso, el autor advierte de tres "limitaciones importantes" de su libro: que no es una explicación total de la espiritualidad; que la investigación sobre el comportamiento genético solamente puede explicar diferencias individuales, no características generales de la especie; y que éste es un libro sobre lo que los humanos creen, no sobre si esas creencias son verdad.
Hamer es autor de 'The Science of Desire', incluido en la lista de libros sobresalientes de 'The New York Times' y de 'Living with Our Genes'. Ha publicado más de cien artículos en revistas de ciencia tanto académicas como divulgativas junto a sus colaboradores del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos. Doctorado por la Universidad de Harvard, ha sido galardonado con numerosos premios, entre los que destaca el 'Ariens Kappers Award for Neurobiology'.
Desde Inglaterra nos llegan noticias del trabajo de Dean Hamer, genetista que dice haber encontrado una relación entre el gen VMAT2 y la predisposición de las personas a tener creencias religiosas.
Genetista afirma haber encontrado
el gen 'religioso' en humanos
LONDRES — Un genetista molecular estadounidense ha llegado a la conclusión, después de comparar más de 2.000 muestras de ADN, que la capacidad de una persona para creer en Dios está relacionada con la química cerebral.
Sus hallazgos han sido criticados por los líderes clericales, que desafían la existencia de un “gen de Dios” y dicen que la investigación mina uno de los principios fundamentales de la ge – que la iluminación espiritual se alcanza a través de la divina tranformación y no gracias a los impulsos eléctricos cerebrales.
Dean Hamer (en la foto), director de la Unidad de Regulación de la Estructura Genética en el Instituto Nacional para el Cáncer, ubicado en Bethesda, pidió a unos voluntarios que le respondieran a 226 preguntas para determinar el nivel de espiritualidad con el que se sentían conectados al universo.
Cuanto mas alta era la puntuación, mayor era la habilidad de esa persona para creer en una gran fuerza espiritual, y el Sr. Hamer encontró que en estas personas, la probabilidad de compartir el gen VMAT2 también era mayor.
Los estudios en gemelos demostraron que aquellos con este gen, un transportador vesicular de monoaminas que regula el flujo de elementos químicos que alteran el humor en el cerebro, tenían mayores probabilidades de desarrollar creencias religiosas.
Según comentó, crecer en un ambiente religioso tiene poco efecto sobre las creencias.
El Sr. Hamer, quien en 1993 afirmó haber identificado una secuencia de ADN relacionada con la homosexualidad masculina, comentó que la existencia del “gen religioso” explicaba por qué algunas personas tienen mayor aptitud para lo espiritual que otras.
“Buda, Mahoma y Jesús compartían todos una serie de experiencia místicas, o alteraciones en la consciencia, y por ello probablemente portaban este gen”, comentó. “Esto significa que la tendencia hacia lo espiritual es parte de la configuración genética. Esto no es algo que pase estrictamente de padres a hijos. Podría saltarse una generación, es como la inteligencia”.
Sus hallazgos, publicados en el libro “El gen de Dios: cómo la fé se configura en nuestros genes”, están siendo recibidos con gran escepticismo por mucha gente de la jerarquía religiosa.
El reverendo John Polkinghorne, miembro de la Royal Society y teólogo canónigo en la Catedral de Liverpool, dijo: “La idea de que existe un gen de la religiosidad va contra mis convicciones teológicas personales. No se puede reducir la fe al mínimo común denominador de la supervivencia genética. Esto demuestra la pobreza del pensamiento reduccionista”.
El reverendo Walter Houston, capellán del Mansfield College en Oxford, y profesor de teología comentó: “La creencia religiosa no está relacionada solo con la constitución de una persona, sino con la sociedad, la tradición, el carácter; todo cuenta. Poseer un gen que puede hacer todo eso, me parece bastante improbable”.
El Sr. Hamer insistió, no obstante, en que su investigación no se opone a la creencia en Dios.
“Las personas religiosas pueden señalar la existencia del gen de Dios como un signo más del ingenio del creador, una forma inteligente de ayudar a los humanos a reconocer y abrazar su presencia divina”, añadió.